Mesa dulce Truco o Trato

Halloween (contracción de All Hallows' Eve) es una fiesta de origen celta que se celebra en la noche del 31 de octubre. Sus raíces están vinculadas con la conmemoración celta del Samhain (Año Nuevo Celta) y la festidad cristiana del Día de Todos los Santos (celebrada el 1 de noviembre).

Fuente: Wikipedia.

Yo siempre había pensado que Halloween era una fiesta de origen americano, sin embargo hace unos años, en la Escuela de Idiomas, nos contaron un poco sobre la historia de esta festividad y me lleve una grata sorpresa al conocer su verdadero origen.  Supongo que much@s de vosotr@s ya lo sabrías pero he querido empezar esta entrada con un poco de información sobre esta noche tan terrorífica (aunque sea de la Wikipedia). Seguramente, los primeros celtas que la celebraban, no se disfrazarían ni comerían golosinas hasta ponerse malos, pero los tiempos cambian y las celebraciones, como no, se adaptan.

A mi me encanta disfrazarme, preparar cenas (o comidas) especiales y pasarlo bien, así que no puedo dejar pasar una oportunidad como Halloween para celebrar una noche de fiesta. Sé que el año pasado celebré por estas fechas un sorteo de galletas pero este año he decidido centrarme en los disfraces que mi hermana y yo nos pusimos y en elaborar una cena-desayuno por todo lo alto (pero no os preocupéis porque para Navidad habrá sorteo). Lo de la cena-desayuno tiene su explicación. Y es que para la noche del 31 de octubre preparamos un menú de lo más terrorífico con platos salados y gominolas. Sin embargo, los platos dulces los dejamos para la mañana del 1 de noviembre. Así se puede disfrutar de todo sin ponerse morad@ de comer 😀 Y esos dulces mañaneros es lo que quiero mostraros ahora. Sin más preámbulos os presento la mesa dulce Truco o Trato.


Galletas, cupcakes, chucherías y cake pops decorados al estilo Halloween para deleite de los ojos y el paladar. Pero antes de centrarme en cada uno de los dulces que componen la mesa quiero que echéis un vistazo a los carteles.


Siempre los dejo en segundo lugar y se merecen también una foto para que se luzcan como es debido. Y, como siempre, el trabajo es de mi hermana (yo ni siquiera sabría abrir Photoshop). Estos detalles son los que hacen que una mesa pase de estar bonita a ser única.
Y lo que también hace única a una mesa es el contenido que se puede comer 😁 Por eso vamos a empezar a verlo todo con más detalle. Empezaremos con las galletas.


Mis preferidas son las de muñeco de jengibre vudú, aunque el zombi (con el bocado en la cabeza) también es una "monada". Las dos de arriba deberían parecer galletas manchadas de sangre. Y digo deberían porque el rojo al final no ha sido del todo rojo... ¡Qué difícil conseguir que la glasa se quede totalmente roja!

Para los cupcakes cogí la idea del libro Un zombi se comió mi cupcake. Al menos para dos de ellos (el de la lápida y el de momia). El otro, el de la bruja, es cosecha propia 😊


El gorro y la escoba son de pasta de azúcar, la lápida es de galleta de jengibre y la momia es totalmente de crema de mantequilla (bueno, los ojos son perlas de azúcar).

Y por último los cake pops. Esta vez los he preparado de bizcocho de limón. Al principio era un poco escéptica porque no sabía cómo combinarían chocolate y limón, sin embargo, os aseguro que se llevan estupendamente.


Adoro al vampiro. Aunque los fantasmas también me tienen robado el corazón. Y las calabazas son tan monas. Es irónico que, en este caso, seamos nosotr@s l@s que mordamos al vampiro y no al revés 😉 Aunque aún no nos hemos atrevido a darle el bocado.

Y no quiero terminar esta entrada sin mostraros los disfraces que este año mi hermana y yo nos hemos hecho.


¿Adivináis de qué personajes se trata? Está basado en una película de miedo 👻 Le dimos muchas vueltas pero al final nos decidimos por estas dos señoritas 😉 Los cortamos y los cosimos en un par de días (gracias a la matriarca de la casa, por supuesto).

Y para acompañar a esta mesa tan especial, una canción que estoy segura de que tod@s habéis escuchado (incluso cantando) en algún momento. El artista es Ray Parker Jr. cantando Ghostbuster para la película homónima. Mira que los ochenta eran horteras, pero molaban.

I ain't afraid a no ghost

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